Está vez no puedo desearte, así, protocolarmente, un Feliz año nuevo.
Perdóname, soy un aguafiestas.

Es que creo que el año qué viene te va a poner a prueba.

Siento que tendrás que enfrentar tu propia tormenta siniestra, tu propio huaico demoledor lleno de rocas, tu propio espectro perfumado.
El viento va a soplar feroz arrancando todo lo débil a su paso.
Y solo seguirás de pie sí logras ser flexible cómo el bambú o las palmeras.

Tendrás que ser flexible
para no caer de rodillas ante las avasalladoras fuerzas del universo. Para no romperte.
Para darle esperanza a los que te observan luchando y protección a los más pequeños.

Y sé qué saldrás victorioso.
Y que cuando todo acabe, entre los fragmentos del mundo demolido, te voy a encontrar.
Magullado pero de pie.
Con todas tus hojas y tus flores bailando bajo el sol, querido Perú.

chaveztoro